“Francotirador Americano”. (2014-Color)
Eastwood aporta su talento para construir una narración que avanza a saltos entre el cine bélico y el drama familiar sin que la historia se resienta en su ritmo ni en su sentimiento.
Con esa capacidad que tiene para mezclar la violencia con la condena de la misma, en un ambiguo juego de intenciones que funciona como crítica a la crueldad del ser humano.
Bradley Cooper logra componer un personaje complejo cuya presencia en pantalla consigue imponer su fuerza emocional a su imponencia física.
Todo ello con un despliegue de medios al servicio de la historia que consiguen plasmar muchos momentos de gran cine de acción para una cinta que sabe jugar sus puntos fuertes con un ritmo constante y en continuo crescendo.
El sonido, los efectos visuales y los digitales saben convivir al lado del perfil más sentimental de la trama, demostrando la magia de un director que en esto del séptimo arte, no es para nada un novato.
Una fotografía espectacular a cargo de Tom Stern, que muestra los paisajes y locaciones más desoladas para una película de corte bélico como lo es American Sniper, que combinado con un buen trabajo de montaje y edición, te llevan de la acción a la calma, tan solo para respirar un momento y después presentarte más acción y drama.
No es un película “de guerra”, sólo que transcurre durante la guerra de Irak. En realidad, su punto central en lo argumental es mostrarnos las sensaciones, sentido de culpa y stress profundo de quien tiene a su cargo la peligrosa y shockeante tarea de francotirador. Y, fundamentalmente, nos muestra las consecuencias psíquicas de la misma y su repercusión en su vida matrimonial y de relación con sus hijos.
Historia verdadera, no de ficción, que llegará a capturar tu atención y que te hará pensar que no todo es tan simple como parece a primera vista…
Intensa, emotiva, imperdible película.
Duración: 2 h.12’ –